Singularu startup de productos hechos a medida Las Startup Valencianas en primera línea Hace menos de 8 meses Singularu, la startup valenciana de la que os vamos a hablar, ni siquiera estaba en la mente de sus fundadores como tal. Sin embargo, hoy, con un modelo de negocio validado, planes para seguir creciendo y un eAward 2014 a la mejor adaptación del mundo offline al online bajo el brazo, Singularu se ha convertido en un ejemplo de cómo en España se puede montar una startup, o por lo menos, intentarlo. “Para emprender hay que tener un cable pelado en la cabeza que hace chispa” nos dice Paco Tormo, CEO y una de las inquietas mentes que hay detrás de este proyecto. Junto con su compañero y CTO, Germán Figna, y el resto de integrantes del equipo dan forma a esta startup desde sus oficinas en el centro de Valencia. Love Valencia se ha colado en su espacio de trabajo, que también comparten con otras empresas que están empezando y hemos charlado con ellos sobre su origen, su modelo de negocio, sus problemas y también de qué página tienen previsto escribir en un futuro. ¿Qué es y qué hace Singularu? El objetivo de Singularu es simple: conectar a los mejores artesanos y fabricantes de España con aquellas personas que necesitan un producto hecho a medida. De joyería a bisutería pasando por muebles o otro tipo de objetos decorativos. Posiblemente se trata del primer marketplace de estas características en Europa. El funcionamiento es muy sencillo: ¿Has visto un mueble, una joya, un jarrón que te gusta y no sabes dónde encontrarlo? ¿Te ha gustado algo del catálogo de su página web? Cuenta tu idea y sube una imagen, si la tienes, usando la plataforma de Singularu. Una vez que tu idea esté en la plataforma, los artesanos te enviarán un presupuesto de lo que costará hacerlo. Elige el que más se ajuste a tus necesidades. Podrás participar en el proceso de creación recibiendo actualizaciones de cómo va avanzando. Cuando tu pieza esté terminada, la recibirás en tu domicilio. Singularu permite al cliente seguir en todo el momento el proceso de creación, además con la seguridad de que se trata de artesanos, joyeros, ebanistas u otros profesionales que garantizan el resultado. ¿Y qué ocurre en caso de problemas? Al trabajar a través de su plataforma, tanto el cliente como el artesano capacitan a Singularu para mediar en caso de conflicto. “Como todo queda registrado por escrito es una de las ventajas de la plataforma. Si el cliente nos salta y habla con el artesano no queda constancia”. Singularu garantiza tanto al artesano como al cliente la seguridad del proceso. Nacimiento de una idea “Existe gente que tiene fotos en sus móviles de cosas que quieren pero que no encuentran o no saben dónde conseguirlas” Al igual que ocurre con muchas otras ideas que dan lugar a un negocio, el origen de Singularu tuvo lugar en verano del 2013, cuando Paco Tormo y su mujer querían poner una estantería en su casa en un hueco con unas medidas “un poco raras” y además tenía que cumplir un requisito esencial: que a su mujer le gustara. “Encontrar quien nos lo pudiera hacer fue un infierno”. Paco y su mujer recorrieron kilómetros visitando talleres, hasta que encontraron uno que les convencía. Esa experiencia se le quedó grabada en la cabeza. El segundo momento, llegó meses más tarde. Cuando Paco se animó a participar en el All Startup de Demium Startups. El modo de trabajo de esta incubadora de startups es diferente al de otras de las que hemos hablado en el blog, ya que los integrantes de cada uno de los equipos que compiten entre sí no tienen por qué conocerse. La incubadora de startups Demium Startups trabaja con un modelo de creación en el que el objetivo es replicar aquello que a otros les ha funcionado bien. Aunque Tormo y su equipo no ganaron el All Startup, él y Germán Figna, fueron invitados a quedarse y desarrollar un nuevo proyecto. Entre la lista de ejemplos que les dieron, se encontraba CustomMade. Recordó entonces su problema de verano. Además, el proyecto tenía varios puntos en común con su forma de ser, ya que era un proyecto de economía colaborativa. La chispa se encendió y Singularu empezó a gestarse. Probando la idea “Nuestra pasión no era por una cosa, sino por la idea de emprender, es decir…, lo que nos vuelve a nosotros locos es la idea de emprender en sí. De hacer algo, y generar valor” Dentro de Demium Startups, y con una idea de lo que querían hacer, era hora de comprobar que existía realmente la necesidad y si su idea tenía un posible mercado de clientes. Con este fin, una tarde de sábado, Tormo, móvil en la mano con un simple cuestionario, se acercó al centro de Valencia para buscar posibles usuarios. Sin saber con qué se iba a encontrar esa misma tarde, Singularu consiguió su primer posible cliente. Nada más bajarse del bus vio un grupo de mujeres sentadas en una terraza. Se acercó a ellas y les dijo, “Estoy montando una empresa, ¿les puedo hacer una encuesta?” Sin intentar revelar lo que quería vender a medida que iba haciéndoles la encuesta, una de las mujeres se dio cuenta de hacía donde iba la conversación y empezó a tomárselo muy enserio hasta que unos instantes más tarde “me dijo: ¿pero tú qué vendes? Yo le contesté: pues estamos montando una web, donde tu pides el mueble que quieres y nosotros buscamos quien te lo haga”. Para sorpresa de Paco, la mujer sacó su móvil, buscó una fotografía y le preguntó: ¿tú me puedes hacer esta mesa?”. El modelo de negocio estaba probado. Singularu estaba en marcha. Esta primera experiencia no sólo le ayudó a validar su idea, sino que también le hizo darse cuenta de que “existe gente que tiene fotos en sus móviles de cosas que quieren pero que no encuentran o no saben dónde conseguirlas”. Encendiendo la máquina ¿Qué es montar una startup? “Trabajar desde cero, empezar sin cobrar, dedicarle horas y horas todos los días para conseguir algo que es un sueño, que no sabes si saldrá y que lo más probable es que no te salga”. Los comienzos de Singularu, como el del 99.9% de las startups no fueron un camino sencillo. Por un lado Tormo y Figna necesitaban desarrollar la web, encontrar clientes, contactar con artesanos… además de encontrar nuevos compañeros para unirse a la aventura. Elegir a los compañeros de viaje adecuados también es muy importante, así que no debes equivocarte a la hora de elegir a las personas que te recorrerán contigo el camino en las primeras fases de una startup. “No puedes meter la pata. vives de la ilusión. Debes encontrar personas que compartan esa pasión”. Chloé de Monchenault y Cristina Aristoy, fueron la respuesta. Tormo ya había iniciado con anterioridad otro proyecto emprendedor que fracasó, pero del que asegura aprendió mucho, sobre todo de los errores cometidos. Así que a diferencia de su experiencia anterior, donde desarrollo el producto antes de buscar a los clientes, con Singularu hizo lo contrario. Lo importante era encontrar clientes, luego artesanos y finalmente, poner en contacto a ambos. Utilizando lo que se conoce como “modelo conserje” Singularu se ocupaba de gestionar todo el encargo, enviar los comentarios e imágenes entre cliente y artesano además de gestionar el pago. No existía una comunicación directa entre cliente y artesano. Hasta ahora. El próximo paso de la startup ( y que ya están probando) es automatizar el proceso, lanzando una plataforma para que cliente y artesano se puedan poner directamente en contacto. Con este cambio satisfacer en una de las principales demandas de sus usuarios: hablar directamente con el artesano que está realizando la pieza. Un futuro por delante Con el proceso automatizado para el mercado español, el objetivo ahora es salir al extranjero y empezar a probar su negocio en otros mercados más allá de nuestras fronteras. La próxima meta de esta startup valenciana es encontrar sus primeros clientes en Francia e Inglaterra volviendo a repetir el ciclo que ya les ha funcionado en España. Para ello, no sólo van a traducir la web, sino también van a empezar a buscar clientes y artesanos en aquellos países en los que van a lanzarse. Para ello, y sobre todo, para continuar desarrollando esta startup que les vuelve locos y que se ha convertido en su vida han comenzado a buscar a una nueva ronda de financiación entre Business Angels. Antes de despedirnos, Tormo nos recuerda que antes los inversores compraban pisos, pero no invertían en personas con ideas. “Para emprender no es necesario gastarse mucho dinero, sino, probar que tu idea puede funcionar. No es necesario hacer una web espectacular, basta con hacer algo sencillo y probarlo. Con ese poquito dinero inicial, tienes que conseguir los números para convencer al tío que sí que tiene dinero”.