Ubicado frente a la Playa de las Arenas, el restaurante ofrece una cocina mediterránea y de mercado en la que las brasas y los productos de la huerta serán protagonistas

Como si de una receta se tratase, La Mar contiene brisa, mar, huerta y brasas. El nuevo restaurante de Grupo Portolito ha echado el ancla en el Paseo de Neptuno número 36, frente a la Playa de las Arenas, dispuesto a ofrecer una carta mediterránea, con producto de mercado y de proximidad. Convirtiéndose así en la apuesta más personal y delicada del grupo gastronómico valenciano.

El mar Mediterráneo no es solo vecino directo del local, sino que ha servido de inspiración durante todo el proyecto. A través de un tono cercano, La Mar quiere conectar con las raíces y los recuerdos de los comensales, transportándoles a aquellos días de playa en los que no existían los relojes y la única preocupación era sumergirse en las páginas de un buen libro. En realidad, son las olas las que han traído a Grupo Portolito, una vez más, hasta la orilla del paseo. Por ello, no es casualidad que el nuevo restaurante colinde con otra de sus marcas, Portolito Playa.

De la naturaleza al plato

Los cuatro ingredientes anteriormente mencionados forman parte de la historia de La Mar y, sobre todo, de la carta del restaurante. Así pues, dotan de sentido a los diferentes platos, al mismo tiempo que se convierten en un estilo de vida. Mientras que la brisa y el mar animan el ambiente y a los comensales, la huerta y las brasas quieren rozar el cielo del paladar. Con más detalle, la minuta de La Mar -que juega con el producto de temporada- se divide en los siguientes puntos: aperitivos, de la huerta, del mar y la lonja, de la tierra, arroces y postres.

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Entre sus recetas, se encuentran la anchoa vestida de novia sobre brioche, mantequilla ahumada y helado de guindilla para abrir el apetito o el mi-cuit de tuétano a la brasa y helado de higos. Pasando por el pescado fresco de la Lonja al peso, y el arroz de Requena con presa y careta de cerdo Ibérico, seta ostra y caramelos de vendimia. Por lo que respecta a los arroces, el chef del restaurante preparará cada semana uno diferente y llevará por nombre “El arroz del Chef” -se entregará con una hoja explicativa para conocerlo más a fondo-. La creatividad, el respeto y el cariño darán forma a platos únicos con productos de proximidad.

¿Y qué hay de los postres? Destacan algunos como el fartón torrija con crema de pistacho y helado de horchata o el cremoso de naranja con bizcocho de almendras, cacau del collaret y merengue italiano, que sorprende por su forma e interior. A modo de novedad, La Mar cuenta con helados exclusivos hechos artesanalmente.

“Buscábamos crear una minuta diferente, detallada y personal. En sintonía al concepto del nuevo local, que está inspirado en el Mediterráneo y nuestra forma de vivir única”, explica Manu Ragull, CEO de Grupo Portolito. Además, la han adaptado para que el público vegetariano tenga opciones a elegir.

Entre el mar y el cielo

Los azules del mar, cuando combinan con los del cielo, se convierten en un cuadro. Acercarlos hasta el restaurante era una necesidad. Lo han hecho a través de unos amplios ventanales -si se abren, permiten entrar en la atmósfera de Portolito Playa- y un tragaluz, el cual consigue que la luz natural traspase a la sala, cuya pared cubre un banco de peces muy original. Esta conduce a un reservado y, un poco más allá, a una cocina abierta al pasillo. El broche de oro lo pone el asador, por el que pasarán todas las carnes, pescados, mariscos y verduras.

La Mar se une así a los distintos locales que el grupo gastronómico posee en Valencia: Portolito Playa en la Playa de las Arenas, Portolito Centro en pleno corazón de la ciudad, Portolito Carmen en un barrio tan emblemático como El Carmen y Portolito Diabola en Diabola Market (La Eliana). Todos ellos rinden homenaje al Mediterráneo, su color, su clima y su luz especial.

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