Laura Motolese, responsable de Marketing de Vicios italianos "El 70% de los turistas planifica sus viajes desde Internet" “Vivía en Londres, hasta que en 1996 un grupo de cinco socios empezamos un primer proyecto en Valencia. Luego vino La Pappardella, Il Pomodoro y, finalmente, Sorsi e Morsi. Fueron años de mucho trabajo, los restaurantes implican muchas horas. También forma parte de Vicios italianos: Il Magazzino, un almacen que nos abastece de materias primas”. Cuatro negocios, ¿cuál es el objetivo de cada uno? Hay un objetivo común: atender al público de Valencia y a los turistas. El precio es asequible y ofrecemos buen ambiente, servicio y calidad. Tratamos de crear restaurantes donde a mí misma me gustaría ir. Partimos de la empatía. De vez en cuando, pongo a prueba a mis restaurantes, pido, pago y valoro si es un buen producto y si tiene un precio razonable. Una forma de “autoexamen”. ¿La cocina italiana gusta en Valencia? La comida italiana funciona fenomenal, aunque es cierto que ahora hay más competencia. Cuando empezamos con La Papardella había tres o cuatro italianos más. En Valencia el concepto gustó mucho, Italia y España comparten muchos puntos en común. ¿Qué porcentaje de vuestra clientela es turista? En La Papardella calculamos que un 20% son turistas. El resto es público valenciano. En Il Pomodoro y Sorsi e Morsi hay menos turistas, por la localización. Pero en general tenemos una clientela muy fiel: vienen y vuelven. Nuestro concepto es que nos incorporen a su vida, crear clientes por fidelidad. No es como un local de una estación de tren, donde pasas una vez y por casualidad. Aquí los consumidores saben que van a encontrar una buena pasta y pizza. ¿Cómo es el turista que viene a Valencia? Creo que hay dos tipos: grandes grupos, que viajan con cruceros, sin mucha experiencia y con poco tiempo. Y luego está el turista europeo, que no es muy rico, pero hace un gasto medio. ¿Crees que existe una buena estrategia de promoción de la ciudad? No mucho. Lo que despunta es la Fórmula 1, America’s Cup y la Ciudad de las Artes y las Ciencias: todo a seis kilómetros del centro. Sin embargo, las principales calles, el Carmen o Ruzafa apenas tienen reclamos, están olvidados. Deberían darles vida, algún evento que los involucre. ¿Qué le falta a la la marca Valencia? Creo que desde fuera se percibe bien, es una ciudad cómoda para vivir, no es ni pequeña, ni grande. Lo único que echo en falta es más vida. Creo que Valencia antes era más joven. Está bien proteger el sueño de los vecinos pero se están cargando la ciudad. Hay un buen clima y eso debería aprovecharse para hacer más cosas en la calle, en las terrazas. Festivales como Valencia Escena Oberta necesitan más presencia, copiar modelos de otras ciudades. Por ejemplo… Hace poco fui París y había una exposición de fotografía que involucraba a los comercios, consiguiendo crear una ruta de circulación. Cada escaparate tenía una fotografía y los visitantes recorríamos los comercios como si fueran “salas de exposición”. Así se vive la ciudad. ¿Y qué opinas de su gastronomía? A la comida valenciana le falta frescura, investigación. Es muy tradicional. ¿Crees que la ciudad cuenta con un buen sistema de comunicaciones? La llegada del AVE es una buena noticia. También se ha notado la vuelta de Ryanair, sobre todo los fines de semana. Se ha recuperado un 15 por ciento de turismo. ¿Son importantes las nuevas tecnologías en la restauración? Cada día más. Es una ventana imprescindible para presentarse. Por ejemplo, tanto el menú del día, como el de degustación, lo tenemos en la red desde hace doce años. Hay que tener en cuenta que el 70% de los turistas se construye el viaje desde Internet. Busca el transporte, el alojamiento y algunos sitios que visitar y lugares para comer. Las redes sociales y nuestro blog también son otros focos de atención. Estamos trabajando en un nuevo diseño que además de los restaurantes también informe al cliente sobre actividades culturales. Algún consejo para los tiempos de crisis… Como emprendedora, aconsejaría calidad y control de costes. A la Administración, que fomente el empleo, para que haya consumo, y apoye a la Pymes, en lugar de ponerles obstáculos.