¿Por qué abrir un negocio en un momento de crisis?
Es un sueño de pequeñito. Mi madre es de Granada y yo siempre había querido un bar de tapeo. Estudié Económicas y llevo veinte años en la hostelería, conozco el gremio y siempre me ha gustado los sitios de picoteo. Dicen que crisis significa oportunidad.
¿Y ahora ha llegado el momento?
Tenía la suficiente esperanza y experiencia para que saliera bien. Es una apuesta personal de mis hermanos y mis padres. No me puedo quejar de familia.
¿Qué propones con este negocio?
Una taberna auténtica, familiar y de total confianza. En la cocina está mi madre, mi tia. He ajustado los precios por la situación y porque es posible cosas de calidad con precios competitivos. He querido crear algo pequeño para tener contacto de tú a tú con la gente. Es un lugar donde se pide para compartir, no me gusta la comida individual.
Recomienda una tapa y un vino.
La cazuela de conejo al ajillo, una receta de mi madre que lleva su salsa con un poco de vino blanco y algo picante. Para chuparse los dedos. El vino, el de la casa. Sé que se asocia con el peor pero yo eso lo cuido mucho. Aunque no gano nada, sé que beben un buen vino.
Desde tu experiencia en la hostelería, ¿cómo ves el sector en Valencia?
Falta más alegría. Con el ‘boom’, llegó mucha inversión extranjera, pero bares de tapas, como éste, no hay casi. Me gustaría que hubiera una especialización, que las zonas se definieran: por ejemplo, que existiera una de tapas. La competencia no me asusta, yo creo que hay para todos.
¿Ha abusado la hostelería del turismo?
Sí, se han hecho barbaridades. Y también en el tema de los vinos. Empezando por las bodegas. Se lograron vinos espectaculares pero se han emocionado y se han pasado elevando precios. Eso al final implica que no se beba. Entre todos nos hemos cargado hábitos como el del picoteo. La crisis va a venir bien para que la gente se especialice.
¿Qué le falta a la marca Valencia?
Es una marca que está por explotar. Tiene posibilidades pero, por ejemplo, el tema de la Fórmula 1 o la Copa América se han pensado para épocas de bonanza, y Valencia no estaba preparada. Se necesita un enfoque más real.
¿Qué propones?
Están bien los eventos, el turismo, pero creo que es necesario empezar por el comercio, ayudarle. O en la hostelería, los trámites administrativos complican la vida. No se puede estar a expensas de si el policía es majo o no. Te gastas tanto dinero sólo para cumplir nomativas… No se debe dudar de la buena fe de quienes montan un negocio.
¿Qué ayudas recibe el hostelero?
Lás líneas ICO son de risa. Yo he podido montar la taberna gracias a mis padres. Antes te dejaban polizas. Estoy de acuerdo con que no regalen el dinero pero todas las líneas de crédito que reciben los bancos se están quedando ahí, para tapar sus agujeros.
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